lunes, 25 de febrero de 2013

A pleno sol

Los baldes de zinc dormitaban
-a pleno sol-
llenos de agua jabonosa y azulete para blanquear la ropa.

La pequeña niña blanca,
agachada y protegida por el enorme salacot,
transgredía las normas y
burlando la vigilancia
se entretenía agitando las manos dentro de los barreños.

Eran mágicos momentos en soledad disfrutando la infantil maldad,
“días de espuma y pompas de jabón”
todas de colores irisados y diferentes.

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© MAR

2 comentarios:

Narci M. Ventanas dijo...

No sé exactamente si se trata de un poema o de un microcuento nostálgico, o quizá las dos cosas a la vez. En cualquier caso es como un espejo en el que se reflejaran las imágnes desde tu pensamiento o tu recuerdo al lector.

Me gusta.

Besos

Mar dijo...

Es un microcuento real y nostálgico, un pequeño retazo de mi infancia en tierras guineanas.
Me alegro de que te guste.
Besos para tí también.