Los baldes de zinc dormitaban
-a pleno sol-
llenos de agua jabonosa y azulete para blanquear la ropa.
La pequeña niña blanca,
agachada y protegida por el enorme salacot,
transgredía las normas y
burlando la vigilancia
se entretenía agitando las manos dentro de los barreños.
Eran mágicos momentos en soledad disfrutando la infantil maldad,
“días de espuma y pompas de jabón”
todas de colores irisados y diferentes.
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© MAR
2 comentarios:
No sé exactamente si se trata de un poema o de un microcuento nostálgico, o quizá las dos cosas a la vez. En cualquier caso es como un espejo en el que se reflejaran las imágnes desde tu pensamiento o tu recuerdo al lector.
Me gusta.
Besos
Es un microcuento real y nostálgico, un pequeño retazo de mi infancia en tierras guineanas.
Me alegro de que te guste.
Besos para tí también.
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