jueves, 28 de mayo de 2009

Al otro lado - Indah*Mar

A Indah - Blanca Sandino

In memoriam

">Al otro lado


Emborráchate de amor o guerra, y beberás a oscuras
el agua que brota de las piedras desnudas;

golpean con sus pies de tantanes los días tardíos; y bailan; y se repiten,
cansinos como sus nombres, en el antiguo calendario del mundo. ¡Qué difícil
resulta entender que no se es mucho más que una parte de la tramoya!

Hay que aceptarlo; doblar cuidadosamente pensamientos, guardar letras y
poemas en el armario del alma y cerrarlos bajo siete llaves.

Huelgan recuerdos y ventanas; ¿a qué la luz, si no hemos de leerlos?, te
preguntas, sentada con los pies colgando sobre el abismo; y tiras un zapato,
sólo por distraerte, y esperas, sin prisa: sabes que más pronto, o más
tarde, oirás un plof;
pero sorprende -siempre habrá algo que sorprenda- rebota como una pelota de
colores, aquella de tu infancia,
hasta calzar de nuevo el pie, o se aleja como un ave que roza con sus alas
las pupilas, cansadas de ver -sin mirar- tanta sinrazón, tanta desgracia; y
hiere, y araña la piel, y el corazón, y la mejilla.

Mientras la niebla se riza los cabellos con las ramas,
mientras la mano acaricia la fiera que más temes,
mientras el universo sigue su curso imperturbable,
observas a una mujer, parecida a ti, sentada al otro lado del abismo,
y la saludas.

[© Indah. 2003]

es.humanidades.literatura – 7 de febrero de 2003

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Sentada al otro lado del abismo,
otra mujer -parecida a ti- te observa
y te saluda.

Ella quiere -como tú-
que las aves rocen con sus alas
las pupilas que miran sin querer ver,
que las hieran,
que les arañen la piel, el corazón, y la mejilla.

Ella quiere -como tú-
que abran los ojos y que vean
tanta sinrazón,
tanta desgracia,
tanto miedo encerrado en los armarios del alma.

Y no hay que aceptarlo.
No hay que doblar pensamientos ni poemas.
No hay que silenciar el grito.

Sin embargo, sin poder hacer nada
mientras el universo sigue su curso imperturbable,
cuantas mujeres -como tú o yo-
se observan y saludan
al otro lado del abismo.
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No pude remediarlo, Indah.
Besos.
MAR – es.humanidades.literatura – 7 de febrero de 2003

2 comentarios:

Simplemente Olimpia. dijo...

Hiciste bien en no hacerlo, en no remediarlo...le hubiera encantado...incluso con sus "peros"

Otra mujer en algún lado del abismo.

Olimpia.

Mar dijo...

Olimpia, Olimpia... siempre estás ahí.
A indah le gustó.

Un beso.