Amor crepuscular,
llegas por el camino lento
y traes en tus manos aquel acuerdo tácito
de nuestra inexperiencia.
Amor, me has indagado sin buscarme,
y desconfío de ti,
porque prefiero la inmediatez y la sorpresa
de unos besos furtivos,
porque necesito la vehemencia inocente
de un abrazo anhelado
y no sé si podré creer las palabras
que, tal vez, me dirás
ni yo creo hoy las que nunca te diré ya...
Amor... ¿No mueres hoy de hastío?
Yo soy tu espejo y te muestro
la víctima lúcida y la verdad distante
que creaste una noche sin luna.
Vete y no me hagas más llorar.
Amor… llegas tan pausadamente que
nunca me viste cantando frente al mar,
mi amor enmudecido y macilento
agoniza, cansado de esperar.
Hoy no me regales flores;
ya se ha hecho tarde de tanto Amar.
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©MAR – 16/02/2011
1 comentario:
Si es tan lento que llega tarde, quizá no era amor.
Mar, este poema duele como un arañazo en alma, y remueve las entrañas como gato en las tripas. Atrapa en su lentitud como si el mundo se parara en cada estrofa y el aire se ahoga en el aliento, y al final, ya es tarde para respirar: toda emoción se ha disipado.
Una verdadera obra de arte.
Besos
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